Era en un claro del bosque donde el río atravesaba el cielo reflejado mientras la chica miraba hacia arriba buscando lo que tenía a los pies. Parecía pensativa y cansada, pero no frustrada, por mirar y no encontrar nada en aquel mosaico de nubes muertas.
Me acerqué lentamente, como si fuera un animalillo al que no quería asustar, y me quedé mirándola. De pronto, una rama se partió bajo mis pies y todo el silencio murió con ella. La mirada de la chica permaneció en alto unos segundos y comenzó a bajar lentamente a la vez que iba girando sus ojos hacia mí. Nos quedamos mirando unos instantes hasta que, de repente, una bandada de pájaros decidió emprender el vuelo a mi espalda. Me sobresalté y volví la cabeza para ver qué ocurría pero, cuando los pájaros terminaron de remontar el vuelo, nada más ocurrió. Cuando regresé a mi posición anterior, la chica ya no estaba. Miré al rededor buscándola pero no hubo suerte. Entonces, avancé hacia el río y bebí algo de agua para refrescarme, tomé aliento, y me dirigí de nuevo hacia el bosque. Mi viaje no se completó ya que, justo antes de cruzar la línea que daba comienzo al bosque, vi a la chica a la derecha, apoyada en un árbol.
- ¡Oye!, no te vayas, quiero hablar contigo... - dije. Pero, antes de que pudiera seguir, salió corriendo por el bosque. - ¡Eh, espérame!, quiero preguntarte... - a la mitad de la frase ya estaba corriendo detrás de ella y no podía gritar por el cansancio, mis palabras se ahogaban en mi agitada respiración y mi corazón palpitaba a toda velocidad.
Me acerqué lentamente, como si fuera un animalillo al que no quería asustar, y me quedé mirándola. De pronto, una rama se partió bajo mis pies y todo el silencio murió con ella. La mirada de la chica permaneció en alto unos segundos y comenzó a bajar lentamente a la vez que iba girando sus ojos hacia mí. Nos quedamos mirando unos instantes hasta que, de repente, una bandada de pájaros decidió emprender el vuelo a mi espalda. Me sobresalté y volví la cabeza para ver qué ocurría pero, cuando los pájaros terminaron de remontar el vuelo, nada más ocurrió. Cuando regresé a mi posición anterior, la chica ya no estaba. Miré al rededor buscándola pero no hubo suerte. Entonces, avancé hacia el río y bebí algo de agua para refrescarme, tomé aliento, y me dirigí de nuevo hacia el bosque. Mi viaje no se completó ya que, justo antes de cruzar la línea que daba comienzo al bosque, vi a la chica a la derecha, apoyada en un árbol.
- ¡Oye!, no te vayas, quiero hablar contigo... - dije. Pero, antes de que pudiera seguir, salió corriendo por el bosque. - ¡Eh, espérame!, quiero preguntarte... - a la mitad de la frase ya estaba corriendo detrás de ella y no podía gritar por el cansancio, mis palabras se ahogaban en mi agitada respiración y mi corazón palpitaba a toda velocidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario