- Entonces, dice que no le gusta la lluvia.
- Ni el calor.
- Ni el calor.
- No creo que lo pasara muy bien en la selva tropical, no.
- Por lo que dice, el haber nacido en un lugar en el que ni el calor ni la lluvia son algo muy habitual, puede tener algo que ver.
- Supongo, quiero decir, en Burgos sobre todo lo que no hace es calor, es verdad, somos conocidos por nuestro frío, pero lo de la lluvia es menos normal comentarlo. Pero sí, el clima de Burgos es más seco de lo que uno podría imaginar. Pero no es por eso por lo que no me gusta la lluvia o el calor.
- ¿Ah no?
- Yo creo que es porque no me gusta el agua.
- Continúe...
- Quiero decir, la lluvia te moja. Es tan simple como eso, y no me gusta mojarme.
- Continúe...
- Y el calor, no sé, sudas y te mojas, lo asocio a las piscinas y al mar... y no soy muy fan del agua en general.
- Vale, entiendo. Así que usted está cómodo en un ambiente seco y frío.
- Tampoco es que me guste el frío ni nada, me quejo como cualquiera.
- ¿Entonces?
- En el medio está la virtud, ¿no?
- Supongo.
- Quiero decir que no me gusta mucho el frío ni el calor, me gusta algo en el medio... pero si tengo que elegir prefiero que tire más hacia lo frío que lo caliente.
- De acuerdo, pero eso es lo que le gusta a mucha gente, debo suponer, ni mucho frío ni mucho calor, sin lluvia... es simplemente la ausencia de preocupaciones e incomodidades, eso no le hace especial.
- Ni yo dije que lo fuera. Mira, lo que quiero decir es que a mí me gusta eso y ya está. Hay gente que le gusta más la lluvia o el calor que a mí.
- Eso no lo dudo, pero ¿cree que les gusta más que estar en un ambiente medio, en unos agradables y secos 21 grados sin viento, sin sol cegador? No creo que eso moleste a nadie.
- Ni yo tampoco, o no a muchos, por que hay gente para todo, pero creo que hay gente que tiene esa media o esa temperatura preferida un poco más alta, otra a la que le gusta la humedad, el mar y el sol, otra a la que la lluvia le motiva... yo creo que no es algo tan general ni tan simple.
- ¿Por qué no? Piense en esto, somos animales condicionados por nuestra biología, con unos límites en la sensibilidad, unos umbrales de dolor, unas condiciones en las que podemos vivir...
- Si vamos a entrar ahí, no te hagas el listo conmigo, porque realmente no es tan sencillo, ¿verdad? Somos una especie animal con una biología determinada, no te diré que no, entre otras cosas porque estaría mintiendo o dejándome en evidencia, pero si hay algo que nos hace especiales o, por lo menos, peculiares, es nuestra capacidad de adaptación, por eso podemos vivir a lo largo y ancho del planeta, porque pese a nuestras limitaciones biológicas hemos aprendido a modificar nuestro entorno o a protegernos de él para sobrevivir.
- Bueno, ¿y qué? ¿Qué tiene que ver eso con el tema? Sí es tan simple.
- No, no lo es. Llevamos unos miles de años, como especie, dando vueltas por la tierra y colonizando prácticamente todas las latitudes, condiciones, altitudes, climas, etc. Yo creo que no es lo más raro del mundo decir que hemos ido cambiando, evolucionando si quieres, con el paso del tiempo, y hay diferentes variedades de individuos dentro de la especie, cada uno con diferencias más o menos notables, y seguro que hay diferencias biológicas que nos hacen estar más adaptados a un clima u otro, por lo que la sensibilidad, tolerancias y, al final, las preferencias y gustos en cuanto a las condiciones, podrían ser diferentes entre nosotros.
- Bien, partiré de que eso es algo cierto, pero dese cuenta de una cosa, todo esto está muy bien, pero no es aplicable realmente en este caso, ¿verdad?
- ¿Y eso por qué?
- Bueno, porque estamos hablando de las diferencias biológicas entre una persona nacida en Burgos y una nacida en Sevilla, no entre una de Alaska y una del Congo, ¿verdad? Esas diferencias no pueden ser muy grandes.
- Ah, pero ahí es donde te equivocas, sonrisas.
- ¿A qué se refiere? ¿Son grandes diferencias?
- No, te equivocas en que yo no hablo de que sean diferentes por haber nacido en ciudades tan diferentes (aunque es obvio que si todos los ascendientes de cada uno nacieron y crecieron en esas ciudades algo de diferentes yo creo que tendrán en esos niveles) yo me refiero a que al vivir en ciudades que tienen climas, dentro de un orden, tan diferentes, cada uno de esos individuos ha crecido acostumbrado a unas condiciones, más allá de su biología. Entonces, según su biología, serán más tolerantes a esas condiciones, pero lo que está claro es que van a crecer condicionados por ellas, acostumbrándose a unas condiciones u otras, quejándose de unas cosas u otras, sabiendo mejor cómo protegerse y lidiar con unas condiciones concretas, conociendo sus reacciones y tolerancias a ciertas condiciones más habituales...
- Sí, creo que sé por dónde quiere ir, pero no pierda de vista cuál es el tema aquí.
- Sí... venga, sonrisas, échame una mano...
- Estábamos hablando de que no le gusta la lluvia...
- Sí, ni el calor, lo recuerdo...
- Sí, pero no estábamos hablando del clima, es que ha comenzado a llover y usted ha dejado claro que no le gusta la lluvia y que no se iba a marchar de aquí hasta que no dejara de llover, pero tenemos que recogerlo todo, si no le importa...
- Perdona, sonrisas, joder, cómo eres a veces, en serio... Además, la culpa es tuya, que ya sabes que no se me puede dar bola... Eso, que es culpa tuya.
- Perdone, señor, tiene razón, es culpa mía. Ahora, si me disculpa, márchese.
- Donde han quedado los modales...